Más de 8900 migrantes fallecidos en ruta durante el 2024 de acuerdo a la ONU
De Roberto Navarro

El año 2024 ha sido el último de una ya calurosa temporada de crisis migratoria global, en cuyo repertorio la Organización Internacional para las Migraciones de la ONU conmemora, con un desconcertante récord, la cifra de 8,938 migrantes que perdieron la vida en rutas migratorias alrededor del mundo. Este número, el más alto desde que la OIM comenzó registrar estos datos en 2014, ilustra el aumento del peligro y desesperación de las personas en marcha (Organización Internacional para las Migraciones [OIM], 2024).
Las rutas en sí, caracterizadas por la desdicha, han sido siempre escenario de diversas tragedias humanas. Asia lidera la lista con 2.788 fallecidos y es seguida de cerca por el Mediterráneo, lugar de naufragios, con 2.452. En su compañía, encontramos un nuevo récord en el bosque del Darién, frontera geográfica entre Colombia y Panamá, de ríos espesos de drogas y hombres armados, con un total de 174 vidas perdidas solo en el 2024 (Infobae, 2025).
No se trata de un mero aumento en las cifras, sino también de las políticas restrictivas, guerras y crisis socioeconómicas que empujan a los migrantes de fértiles parajes a recorrer rutas irregulares y mortales. La inexistencia de rutas seguras y legales, con el miedo de sentencias migratorias sobre la mesa, constituye un panorama de desesperanza (El Impulso, 2025). Asimismo, los conflictos y la violencia en diversos territorios hacen que muchas personas se vean obligadas a dejar sus hogares y se conviertan en blancos casi palpables del tráfico y distintos sistemas criminales que utilizan estas rutas. La falta de datos y de facilidades para identificar los cuerpos solo empeoran la cuestión, mientras que miles de familias permanecen en la tiniebla sin respuesta (OIM, 2024), se recubre a una intensificación de la desinformación sobre dichas zonas, lo que genera notoriedad de incertidumbre entre los ciudadanos que deban continuar en virtud de lucha por la supervivencia.
La garantía es evidente, se necesita una respuesta compartida global a la crisis de inmigración. Los gobiernos y las instituciones internacionales deben actuar juntos para desarrollar rutas migratorias seguras y reguladas, abordar las raíces de la crisis de inmigración y recopilar información, identificar y monitorear a los migrantes fallecidos. La protección de los derechos de las personas migrantes es otro aspecto importante, al ser estas personas especialmente vulnerables a la explotación, el abuso y la discriminación, tanto en el propio tránsito como entre los países de destino.
Garantizar el acceso a los servicios básicos, como la atención sanitaria y la educación es importante, así como la protección de estos grupos, contra la violencia y la trata de personas (ACNUR, 2024). Esto responde a que el proceso de integración de las personas migrantes en las sociedades de acogida es complejo, ya que se deben unir esfuerzos de los gobiernos, de las comunidades receptoras y de las propias personas migrantes. La xenofobia y la discriminación son enormes obstáculos para poder realizar la integración y se nos debe de obligar a promover la tolerancia y el respeto mutuo (ONU). Desde dichas ópticas, se busca la cooperación internacional como un nexo que facilite la comunicación entre los medios y determine un resultado óptimo en relación al reconocimiento de los Derechos Humanos y el respeto al Derecho Internacional Humanitario.
Ante estos retos, múltiples organizaciones internacionales y gobiernos han adoptado políticas para abordar la crisis de migración. La OIM, por ejemplo, ofrece apoyo humanitario a los migrantes en tránsito y promueve la cooperación internacional en ámbito de migración (OIM, 2024). ACNUR se centra en la protección de personas refugiadas y en encontrar soluciones duraderas a su situación (ACNUR, 2024). Sin embargo, se necesita un enfoque global más amplio y más coordinado. Hay que hacer frente a las causas de la migración, como la pobreza, las desigualdades y los conflictos, y promover el desarrollo sostenible de los países de origen (ONU). Lógicamente, también es necesario reforzar la cooperación internacional de manera que asegure rutas migratorias seguras y legales y protege los derechos de las personas migrantes en cada fase del proceso migratorio.
Referencias:
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). (2024). ACNUR: La Agencia de la ONU para los Refugiados. Recuperado de https://www.acnur.org/
El Impulso. (2025, Marzo 21). Informe alerta sobre muertes en rutas migratorias en 2024: más de 8.900 fallecidos #21Mar. Recuperado de: https://www.elimpulso.com/2025/03/21/onu-alerta-sobre-muertes-en-rutas-migratorias-en-2024-mas-de-8-900-fallecidos-21mar/
Infobae. (2025, Marzo 22). Casi 9.000 migrantes murieron en 2024, según la ONU: la cifra real podría ser mayor. Recuperado de: https://www.infobae.com/estados-unidos/2025/03/22/casi-9000-migrantes-murieron-en-2024-segun-la-onu-la-cifra-real-podria-ser-mayor/
Organización Internacional para las Migraciones (OIM). (2024). Informe sobre migrantes desaparecidos. Recuperado de: https://missingmigrants.iom.int/
Naciones Unidas (ONU). (s.f.). Migración. Recuperado de: https://www.un.org/es/global-issues/migration